La Ceremonia
En las ceremonias ancestrales de Ayahuasca, los participantes se sientan en el suelo formando un semicírculo. En el altar, situado en el lugar del chamán o dador de la medicina, se dispone la ayahuasca y los útiles necesarios para la ceremonia, que puede durar hasta 7 horas, durante las cuales, el guía entona sus canciones e “ícaros”.
Aunque cada ceremonia es diferente, la podemos relatar de la siguiente manera:
El chamán limpia y protege el lugar de influencias energéticas negativas usando humo de tabaco mapacho, agua florida, el propio ritual y rezos, etcétera.
Se inicia un canto a la medicina para consagrarla. Una vez hecho esto, reina el silencio. Es el momento de tomar la medicina, y los participantes, uno a uno y con una actitud contemplativa y de gran respeto, se acercan para recibir del chamán o guía un cuenco de medicina, que toman frente a él de un trago, antes de regresar a su lugar.
Ahora toca esperar en silencio a que los efectos de la Ayahuasca aparezcan, entre 20 a 45 minutos. Conforme el tiempo transcurre y los efectos comienzan, el chamán o guía, encauza la energía de la ceremonia mediante el canto de sus ícaros.
Durante el ritual algunos vomitan, otros necesitan ir al baño, y otros que el chamán les ponga las manos en ciertos lugares que deben sanar. El reto de cada persona es entender el significado real de las visiones producidas por la ayahuasca y utilizar ese aprendizaje en su vida diaria.
Comportamiento adecuado durante una Ceremonia
El trabajo durante las ceremonias de ayahuasca es serio y delicado, y si bien es un trabajo personal, afectamos y nos afectan las experiencias de los demás participantes. Por ello se debe mantener el silencio y la calma durante la ceremonia.
Desde hace milenios, miles de personas se han curado gracias a la Ayahuasca, y a pesar de ser una experiencia intensa, no es necesario perder la calma ni perturbar la ceremonia ni a los demás participantes. Por ello, para participar en las ceremonias, se requiere el máximo respeto hacia el proceso de quienes nos rodean.
Se puede pedir ayuda en cualquier momento, pero es bueno saber que los momentos de mayor intensidad son pasajeros y que todos podemos sobrellevarlos.
La ceremonia se realiza dentro de un espacio sagrado, en el que estamos protegidos tanto a nivel físico como energético. Por ello, es un compromiso de los participantes permanecer dentro de él hasta que ésta sea concluida formalmente, saliendo sólo para ir al baño, y regresando lo antes posible.
Es recomendable mantenerse sentado durante la ceremonia y procurar no tumbarse.
“Una ceremonia de Ayahuasca es como un viaje a través de un río. Nuestro cuerpo es nuestra barca en ese viaje, y si lo mantenemos recto, navegará mucho mejor que si nuestra barca está curvada.
La respiración es el remo que nos impulsa, y mantener la atención en ella es igualmente fundamental para progresar en nuestro viaje”.
(Revelaciones de una hadita)
Las mujeres con el periodo menstrual pueden participar sin problema, pero es necesario avisar de ello. También es importante comunicar si te consideras sensible a todo tipo de sustancias psicoactivas.
Como demostración de consciencia, agradecimiento, y de respeto, dejaremos limpio y ordenado el lugar hayamos ocupado.